Nocturno
3 1En mi cama, por la noche,
buscaba al amor de mi alma:
buscaba al amor de mi alma:
lo busqué y no lo encontré.
2Me levanté y recorrí la ciudad
por las calles y las plazas,
buscando al amor de mi alma;
lo busqué y no lo encontré.
2Me levanté y recorrí la ciudad
por las calles y las plazas,
buscando al amor de mi alma;
lo busqué y no lo encontré.
3Me han encontrado los guardias
que rondan por la ciudad:
que rondan por la ciudad:
-¿Visteis al amor de mi alma?
4Pero apenas los pasé,
encontré al amor de mi alma:
lo agarré y ya no lo soltaré,
encontré al amor de mi alma:
lo agarré y ya no lo soltaré,
hasta meterlo en la casa de mi madre,
en la alcoba de la que me llevó
en la alcoba de la que me llevó
en sus entrañas.
5 ¡Muchachas de Jerusalén,
por las ciervas y gacelas de los campos,
os conjuro que no vayáis a molestar,
que no despertéis al amor
os conjuro que no vayáis a molestar,
que no despertéis al amor
hasta que él quiera!
DÍA DE BODAS
6¿Qué es eso que sube por el desierto
como columna de humo,
como columna de humo,
como nube de incienso y de mirra
y perfumes de mercaderes?
y perfumes de mercaderes?
7iEs la litera de Salomón!
La rodean sesenta soldados,
los valientes de todo Israel,
8todos llevan al flanco la espada,
veteranos de muchos combates,
todos llevan al flanco la espada
por temor a sorpresas nocturnas.
9EI rey Salomón
veteranos de muchos combates,
todos llevan al flanco la espada
por temor a sorpresas nocturnas.
9EI rey Salomón
se hizo construir un palanquín
con maderas del Líbano,
con maderas del Líbano,
10con columnas de plata,
con respaldo de oro,
con asiento de púrpura,
taraceado por dentro de marfil.
11 ¡Muchachas de Jerusalén, salid,
contemplad, muchachas de Sión,
al rey Salomón
11 ¡Muchachas de Jerusalén, salid,
contemplad, muchachas de Sión,
al rey Salomón
con la corona que le ciñó su madre
el día de su boda,
el día de su boda,
día de fiesta de su corazón!
3,1-4 Parece ser un sueño en voz alta. La escena de
la búsqueda y el encuentro y la unión en la alcoba materna serían el argumento
del sueño. Esto explicaría la incomprensible escapada nocturna y el hallazgo en
las callejas oscuras.
Si la canción quiere describir una escena real,
logra hacerla irreal: con el escenario inverosímil y estrechando los tiempos.
En ambos casos canta el ansia del amor por la ausencia del amado.
3,6-11 Canto de bodas. Lo pronuncian heraldos o
cortesanos. La novia es trasportada en un palanquín enviado por el rey, su propietario.
Va escoltada por un grupo aguerrido y armado, porque el viaje es peligroso, especialmente
de noche. Cuando entra por la
ciudad, la población, especialmente las muchachas curiosas, son invitadas a
contemplar la comitiva: la novia que llega, el rey coronado para la ceremonia.
La madre es la reina madre. Puede compararse en varios detalles con el salmo
45, epitalamio real.
3,6 El polvo del camino se transfigura en nube de
incienso. Algo misterioso anuncia la caravana.
3,7-8 Cuando se acerca, los centinelas la identifican
y se fijan especialmente en la escolta. Algo importante trasporta el palanquín
real.
3,9-10 La descripción del palanquín retrasa
hábilmente. La última palabra de la descripción es dudosa en hebreo. Algunos la
han corregido para leer "marfil" en armonía con los rasgos
precedentes. El hebreo dice claramente "amor": como si la palabra
mágica estuviera escrita taraceada en el interior de la litera.
3,11 La corona como ornato nupcial: Is 62,3. Los que
dan a la canción un valor histórico identifican a los personajes como Betsabé y
Salomón. Hermosa leyenda.
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