ELLA 2 1 Soy un narciso
de Sarón, una azucena
de las vegas.
de las vegas.
ÉL 2Azucena entre espinas
es mi amada entre las
muchachas.
ELLA 3Manzano entre los árboles silvestres,
es mi amado entre los jóvenes:
ELLA 3Manzano entre los árboles silvestres,
es mi amado entre los jóvenes:
a
su sombra quisiera sentarme
y comer de sus frutos sabrosos.
4Me metió en su bodega
4Me metió en su bodega
y
contra mí
enarbola
su bandera de amor.
5Dadme fuerzas con pasas
5Dadme fuerzas con pasas
y
vigor con manzanas:
¡desfallezco de amor!
6Ponme la mano izquierda
¡desfallezco de amor!
6Ponme la mano izquierda
bajo
la cabeza
y abrázame con la
derecha.
ÉL. 7¡Muchachas de Jerusalén,
por las ciervas y las gacelas
de los campos, os conjuro,
ÉL. 7¡Muchachas de Jerusalén,
por las ciervas y las gacelas
de los campos, os conjuro,
que no vayáis a
molestar,
que
no despertéis al amor,
hasta que él quiera!
hasta que él quiera!
Primavera
ELLA 8¡Oíd, que llega mi amado
saltando sobre los montes,
brincando por los collados!
9Es mi amado como un gamo,
es mi amado un cervatillo.
saltando sobre los montes,
brincando por los collados!
9Es mi amado como un gamo,
es mi amado un cervatillo.
Mirad:
se ha parado detrás de la tapia,
atisba por las ventanas,
atisba por las ventanas,
mira
por las celosías.
10Habla mi amado y me
dice:
ÉL «¡Levántate, amada mía,
hermosa mía, ven a mí!
11Porque ha pasado el invierno,
ÉL «¡Levántate, amada mía,
hermosa mía, ven a mí!
11Porque ha pasado el invierno,
las
lluvias han cesado y se han ido,
12brotan flores en la vega,
12brotan flores en la vega,
llega
el tiempo de la poda,
el
arrullo de la tórtola
se
deja oír en los campos;
13apuntan los frutos en la higuera,
la viña en flor difunde perfume.
13apuntan los frutos en la higuera,
la viña en flor difunde perfume.
¡
Levántate, amada mía,
hermosa
mía, ven a mí!
14Paloma
mía que anidas
en
los huecos de la peña,
en
las grietas del barranco,
déjame ver tu figura,
déjame ver tu figura,
déjame
escuchar tu voz,
porque
es muy dulce tu voz
y
es hermosa tu figura».
15Agarradnos las raposas,
las raposas pequeñitas,
15Agarradnos las raposas,
las raposas pequeñitas,
que
destrozan nuestras viñas,
nuestras viñas florecidas.
nuestras viñas florecidas.
ELLA
16iMi amado es mío y yo soy
suya,
del pastor de azucenas!
del pastor de azucenas!
I7Mientras sopla la brisa
y las sombras se alargan,
retorna, amado mío,
imita al cervatillo
por
montes y quebradas.
2,1-7 El movimiento contemplación - deseo - posesión
se repite varias veces en el libro. 2,1 Os 14,5.
2,7 Creo que esta invocación la pronuncia él, como
en 8,4; casi en inclusión mayor. En 3,5 es dudoso quién lo pronuncia, probablemente
ella.
2,2-3 Se puede entender como ponderación: lo que va
de la azucena a las espinas, lo que va de un árbol frutal a otros silvestres. La
sombra dice protección, pero la amada no se conforma con ella.
2,4 "Bodega" o sala del banquete. La bandera
o enseña puede referirse a él o al salón. Prefiero lo primero. Sutilmente
sugiere una milicia cuyo estandarte es amor. También es la señal del palanquín,
3,10.
2,8-14 La primavera, cuando la vida en torno
despierta, como tiempo del amor. Ahora ella se encuentra en casa y le toca a él
venir a encontrarla. Antes de entrar espía curioso, quizá receloso. Y la invita
a salir al campo, que convida a los amantes con cantos de aves y aromas de
plantas. Pero ella es esquiva, como paloma torcaz; o finge esquivez aposta,
para provocar, hasta que él prorrumpe en su petición: oírla, verla. Al
principio era ella quien clamaba: oíd, mirad.
2,13
Repetirá la invitación en 4,8; allí lejana.
2,15 La versión española imita rigurosamente el
ritmo del original. Unos
piensan que esos raposos destrozones son otros pretendientes importunos. Por su
pequeñez despreciable y sus efectos funestos, podrían referirse a riñas,
tensiones, malentendidos entre ambos. Hay que salir al paso cuanto antes, no
vayan a malograr el fruto ya cercano.
2,16
Síntesis escueta y perfecta; se repite en 6,3. Tomo la partícula be- como
régimen del verbo apacentar (cfr. Gn 37,2; 1 Sm 16,11): ella es el campo de
azucenas, la nueva tarea del pastor.
2,17
Todavía es de día, y él debe apresurarse. Será diverso por la noche que se echa
encima.
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