ELLA 2Estaba
durmiendo,
mi corazón en vela,
mi corazón en vela,
cuando oigo a mi amado que me llama:
«Ábreme, amada mía,
«Ábreme, amada mía,
mi paloma sin mancha,
que tengo la cabeza cuajada de rocío,
mis rizos, del relente de la noche».
3Ya me quité la túnica,
mis rizos, del relente de la noche».
3Ya me quité la túnica,
¿cómo voy a ponérmela de nuevo?
Ya me lavé los pies,
Ya me lavé los pies,
¿cómo voy a mancharlos otra vez?
4Mi amor mete la mano por la abertura:
me estremezco al sentirlo,
me estremezco al sentirlo,
6bal escucharlo se me
escapa el alma.
5Ya me he levantado a abrir a mi amado:
mis manos gotean perfume de mirra.
5Ya me he levantado a abrir a mi amado:
mis manos gotean perfume de mirra.
mis dedos mirra que fluye
por la manilla de la cerradura.
6ayo misma abro a mi
amado;
abro, y mi amado se ha marchado ya.
Lo busco, y no lo encuentro;
Lo busco, y no lo encuentro;
lo llamo, y no responde.
7Me encontraron los guardias
que rondan la ciudad.
que rondan la ciudad.
Me golpearon e hirieron.
me quitaron el manto
los centinelas de las murallas.
8Muchachas de Jerusalén, os conjuro
que si encontráis a mi amado
8Muchachas de Jerusalén, os conjuro
que si encontráis a mi amado
le digáis ... ¿qué le diréis? ...
que estoy enferma de amor.
ELLAS 9¿Qué distingue a tu amado de los otros.
tú, la más bella?
tú, la más bella?
¿Qué distingue a tu amado de los otros
que así nos conjuras?
que así nos conjuras?
2. Así es mi amigo
ELLA 10Mi
amado es blanco y sonrosado.
descuella entre diez mil.
descuella entre diez mil.
11Su cabeza es de oro, del más puro;
sus rizos son racimos de palmera,
negros como los cuervos.
sus rizos son racimos de palmera,
negros como los cuervos.
12Sus ojos, dos palomas a la vera del agua
que se bañan en leche
que se bañan en leche
y se posan al borde de la alberca.
13Sus mejillas, macizos de bálsamo
que exhalan aromas;
13Sus mejillas, macizos de bálsamo
que exhalan aromas;
sus labios son lirios con mirra que fluye.
14Sus brazos, torneados en oro,
engastados con piedras de Tarsis;
14Sus brazos, torneados en oro,
engastados con piedras de Tarsis;
su cuerpo es de marfil labrado,
todo incrustado de zafiros;
15sus piernas, columnas de mármol
apoyadas en plintos de oro.
Gallardo como el Líbano.
apoyadas en plintos de oro.
Gallardo como el Líbano.
juvenil como un cedro;
16es muy dulce su boca.
todo él pura delicia.
Así es mi amado, mi amigo.
muchachas de Jerusalén.
muchachas de Jerusalén.
3. Encuentro
ELLAS 6 1 ¿Adónde fue tu amado.
la más bella de todas las mujeres?
¿Adónde fue tu amado?
Queremos buscarlo contigo.
¿Adónde fue tu amado?
Queremos buscarlo contigo.
ELLA 2Ha
bajado mi amado a su jardín.
a los macizos de las balsameras,
a los macizos de las balsameras,
el pastor de jardines a cortar azucenas.
3Yo soy de mi amado y mi amado es mío,
el pastor de azucenas.
5,2-6,3 Considero estos versos una unidad bien
construida, con su secuencia de escenas y diálogos. La división en tres partes es
para encaminar la lectura. Todo sucede como en un sueño o un duermevela. La
intensidad de la descripción crea en el lector la ilusión de realidad. ¿Sucede
o lo está soñando? ¿O es una historia en clave de las relaciones amorosas?
Deseo incontenible, resistencia coqueta, abandono de él, desesperación de ella,
búsqueda afanosa, expuesta a peligros; y encuentro gozoso, a solas.
5,2 Porque ha tenido que caminar para encontrarla en
su casa. Ap 3,20.
5,3 Será cierto, pero suena a excusas en tal
momento, o a dilación para excitar más al amado.
5,4 O: "retira la mano" de la
abertura. dispuesto a marcharse. decepcionado.
5,6b Trasladando aquí este hemistiquio obtengo un
paralelismo coherente. En su puesto actual traducen otros: "mi alma suspiraba
por sus palabras".
5,7 Una mujer de noche, sola por las calles no iluminadas,
es sospechosa, o es deseada. Es ambigua la acción de los guardias. Por
encontrarlo ella ahora no repara en nada. Pero ahora es en vano.
5,8-9 Al fallarle los guardias, se dirige a sus
compañeras, que comprenderán la situación. Lo cual da paso al diálogo. Para buscarlo
e identificarlo tienen que conocer su figura. Así entra suavemente la
descripción enamorada y apasionada que hace la amada del amado.
5,10-16 La descripción del cuerpo es también transfiguración,
sin apenas rasgos realistas. Ocupan más espacio las comparaciones de orfebrería
y arquitectura, sin que falten plantas y animales. Al final el recuerdo del
beso, haciendo eco a ella en 4.11.
5,10 Color de buena salud, de lozanía; véase Lam
4.7. La combinación de blanco y rojo se convirtió en un topos en la poesía clásica
española.
5,11 Oro por lo valiosa o por reflejos de la tez.
5,12 Los ojos se llevan más atención: su frescura líquida
y trasparente, su movilidad y su reposo.
5,14 Perfección de las formas, solidez con el ornato
de las venas; todo de gran precio.
6,1-3 Ellas se ofrecen a acompañarla en la búsqueda;
pero ella ha averiguado dónde se encuentra. Las imágenes del jardín y el pastor
se sobreponen libremente. Se cierra el poema con la profesión de entrega mutua y
exclusiva como en 2.16.
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